Quiero llevar a mis hijas a un cole donde aprendan a leer y escribir, pero sobre todo, a amar la lectura y disfrutar con las palabras.
Quiero llevarlas a un cole donde aprendan la base del cálculo, pero sobre todo, a plantear problemas y resolverlos.
Quiero llevarlas a un cole que las ponga en contacto con la naturaleza, con la sociedad, con la música, con el arte.
Quiero llevarlas a un cole que las acompañe en el paso del pensamiento concreto y global de la infancia al pensamiento abstracto de la edad adulta, ayudándolas a ordenar y conectar conceptos.
Quiero llevarlas a un cole donde, a diario, razonen sobre sus preocupaciones, busquen y encuentren respuestas sobre las cosas que les interesan, y descubran el gusto por investigar.
Quiero llevarlas a un cole donde, a diario, tengan que compartir, colaborar y negociar para conseguir objetivos comunes.
Quiero que vayan a un cole donde se las anime a pensar por sí mismas, donde los adultos de referencia las alienten en sus pequeños descubrimientos, donde tengan espacio para ser escuchadas y respetadas y para elaborar y defender sus incipientes creencias.
Quiero que vayan a un cole que las enseñe a escuchar a los otros, a razonar y dialogar con ellos, a desarrollar un espíritu crítico.
Quiero llevarlas a un cole donde adquieran destrezas para expresar sus emociones y pensamientos: ya sea con las palabras (orales o escritas), el arte, la música, el baile…
Quiero llevarlas a un cole donde los diferentes saberes de hombres y mujeres se reconozcan y valoren: desde el saber del hortelano, hasta el de la astrónoma; desde el saber de la bailaora, hasta el de la maestra de infantil, el médico o la contable. Un cole que respete y valore los diferentes ritmos de cada cual, sin poner etiquetas.

Y quiero estas cosas porque creo que son las que alimentan la inteligencia y la creatividad y dan las bases para labrarse un buen futuro.
Me importan más que un entrenamiento para la memorización y los exámenes, que creo que son eso, entrenamientos, y basta ponerse a ello para adquirirlos.

Si el Núñez me gusta es porque, de todos los colegios que he visto en el distrito en el que vivimos, es el que creo que puede ofrecer algo parecido a esto a mis hijas. Y porque tiene la apertura para que, juntas, familias y maestros, nos acerquemos un poquito más…